Uno de los agentes especiales de la Oficina de Investigaciones de Georgia testificó durante la audiencia que, al momento de su muerte, la niña tenía la infestación de piojos “más grave” que jamás haya visto.
La causa de la muerte fue un paro cardíaco a causa de una anemia severa que se cree fue producto de una deficiencia de hierro en la sangre debido a las constantes picaduras de piojos que la niña sufrió durante por lo menos 3 años, de acuerdo a lo determinado en las investigaciones.
También indicaron que Kaitlyn fue sometida a “dolor físico excesivo debido a negligencia médica” antes de morir.
Tanto la madre como el padre, Joey Yozviak de 38 años, enfrentan cargos de asesinato en segundo grado y crueldad infantil en segundo grado.
