Hoy se celebra el 208 aniversario del natalicio de Juan Pablo Duarte

Reconocido por muchos, como el Padre de la Independencia Dominicana; Juan Pablo Duarte fue un militar, político, docente y activista de la corriente libertaria. Nacido en Santo Domingo, de padre español y madre dominicana; de acuerdo con los historiadores, desde pequeño fue un excelente estudiante y a temprana edad, se fueron vislumbrando sus ansias de libertad. Las cuales, posteriormente, se vieron materializadas en su país natal; luego de la liberación de la invasión haitiana.

La biografía de Juan Pablo Duarte, es una muestra de muchas luchas y de una vida dedicada al rescate de los ideales y principios de la libertad. Infancia y juventud de Juan Pablo Duarte La vida de Juan Pablo Duarte, inició el 26 de enero de 1813, en la ciudad de Santo Domingo (actual República Dominicana). Su padre, fue Juan José Duarte; un español que vivió gran parte de su vida, como comerciante en el sector marinero y ferretero.

Por su parte, su madre fue una dominicana, de nombre Manuela Diez y Jiménez. Fue el cuarto hijo, de los once que conformaron esta familia; dos de los cuales, tuvieron un importante aporte en sus posteriores luchas y actividades sociales. En este sentido, Juan Pablo Duarte creció en una familia económicamente estable, aunque, no eran de los más pudientes de la sociedad.

Educación En cuanto a su educación, sus primeros pasos los dio al lado de su madre; quien le aportó importantes lecciones a su vida. Posteriormente, fue alumno de una maestra, que era directora de una escuela para niños de la zona.

Luego de ello, vio clases en una escuela exclusiva para varones y años más tardes (todavía siendo un niño), ingresó a la escuela de Manuel Aybar. Fue allí, donde afianzó sus conocimientos elementales en ortografía, lectura y matemáticas básicas. Ya en su etapa de adolescente, la vida educativa de Juan Pablo Duarte fue creciendo firmemente; por lo cual, recibió clases de Juan Vicente Troncoso (profesor de la Universidad de Santo Domingo). De este, recibió lecciones de derecho y filosofía.

Desde estos momentos, la inteligencia, ingenio y dedicación de Duarte se mostraron con gran brillantez; por lo cual, sus padres con mucho esfuerzo, decidieron enviarlo al extranjero para que continuara su formación académica.

De esta manera, el joven Juan Pablo emprendió entre 1827 y 1828 su primer viaje a la ciudad de Nueva York; entre sus más importantes aprendizajes en esta ciudad, desarrolló una impecable destreza para los idiomas. Habilidad, que le sería de gran relevancia para los años futuros; aunado a esto, se interesó por la política que se desarrollaba en este país. Después de su estancia en los Estados Unidos, continuó hacia el continente europeo; allí, pasó por Francia, Reino Unido y España.

En esta parte de Europa, sus principales enseñanzas se vieron relacionadas a los movimientos político – sociales y artísticos de la época; entre los cuales, se encontraban: el liberalismo, romanticismo, nacionalismo y el naciente socialismo utópico. Quizá te interese leer:  La Batalla del 30 de marzo En definitiva, estos viajes no sólo acrecentaron los conocimientos de Juan Pablo Duarte, sino que también, fueron el origen del pensamiento libertario, que no descansaría hasta ver alcanzados sus objetivos.

De estos años de juventud, nació el sentimiento y anhelo por la libertad de su nación; que, con su cultura, era merecedora de un sistema político de condiciones favorables y adecuadas. Lucha independentista: el ideal de Duarte La infancia y juventud de Juan Pablo Duarte, se desarrolló entre dos importantes sucesos para la República Dominicana.

En el año 1821, se declara la independencia de la isla del yugo español; convirtiéndose así, en el Estado Independiente de Haití Español. Esta independencia duró poco y se vio empañada por la Invasión Haitiana en el año 1822. De esta manera, quien fuera Juan Pablo Duarte, regresó de sus viajes por Norteamérica y Europa; con una clara visión de lo que haría a partir de ese momento.

En definitiva, sus principios, valores y conocimientos políticos, no le permitían aceptar la vida que llevaba la isla por el dominio haitiano. De acuerdo con sus palabras, las diferencias marcadas y notorias entre ambos pueblos, eran la razón principal por la que, una fusión entre ellos era imposible. No se trataba de racismo, no era un asunto de razas o color; era un asunto de cultura, de idioma y de ideales totalmente excluyentes. La Trinitaria: el inicio de la libertad Con este firme pensamiento, Duarte inició con su incansable actividad socio – política. Una de las principales diferencias, que tenía con otros activistas del momento; era su plena convicción de que la lucha no era con un imperio europeo.

La lucha, era con sus vecinos haitianos y el objetivo, era ponerle fin a tantos años de dominación. Sin embargo, la alta sociedad y la aristocracia de la época, no compartía estos principios e ideales; por el contrario, se encontraban a gusto y con total comodidad, con la invasión de los haitianos. Esto trajo consigo, que el movimiento que intentaba iniciar Duarte, no tuviera éxito en los primeros años de existencia. De esta forma, la iniciativa fue ascendiendo entre la clase media dominicana; de la cual, se creó “La Trinitaria”.

Este grupo, tenía como único objetivo la liberación del país; además, estaba inspirado en los modelos libertarios, que Duarte había estudiado en su estadía en Europa. Además de esto, La Trinitaria se apoyaba de un creciente movimiento, que promovía la independencia en sus muestras teatrales.

Esto demostraba, el amor y cuidado que Juan Pablo Duarte tenía por la cultura; de esta forma, el movimiento libertador, no sólo estaba inmerso en reuniones de sociedad y actividades políticas. Sino que también, fue promocionando este nuevo pensamiento, a través de interesantes obras de teatro; las cuales, no sólo tenían el propósito de llevar un claro mensaje, sino que, a su vez, divulgaban la cultura de su pueblo.


A esto se le sumó, el amplio descontento por el aumento exponencial de los impuestos; lo cual, fue incrementando el desinterés hacia el gobierno de Jean Pierre Boyer. En este sentido, en el año 1843 Juan Pablo Duarte y sus compañeros de ideal, dieron todo su apoyo a la revolución que propició el derrocamiento de Jean Boyer. Sin embargo, la lucha aún continuaba y la vida de Juan Pablo Duarte, sufrió un movimiento inesperado; al tener que exiliarse en Venezuela, tras ser perseguido por el nuevo gobierno haitiano.

Pero esto no significó el fin, por el contrario, sus ideas de liberación se habían afianzado entre sus similares; quienes lograron declarar la Independencia de la invasión haitiana, el 27 de febrero de 1844. Posterior a este hecho, Duarte volvió a la isla con un héroe nacional y se le concedió el cargo de General del Ejército.

Asimismo, se le ofreció el puesto como Presidente de la nación; sin embargo, Duarte no lo aceptó, explicando que solo sería presidente, si era elegido por el voto mayoritario del pueblo. Gracias a esto, el mando de la nueva República quedó en manos de Tomás Bobadilla, al frente de la Junta Central. Siguiendo sus ideales democráticos y liberales, Duarte redactó un proyecto de Constitución; con la esperanza, de que fuera el inicio de una nueva vida política y legislativa para el país. No obstante, esto no fue así; y lo que realmente surgió, fue una gran disputa entre Duarte y el nuevo líder Bobadilla. La Primera República A pesar de la declaración de independencia, el asedio haitiano continuaba, intentando invadir nuevamente la isla.

Fue por esta razón, que la Junta Central decidió reorganizar el ejército; con el fin, de evitar a toda costa una nueva invasión. De esta manera, una parte del ejército a cargo de Juan Pablo Duarte, fue enviada a Baní para lograr un acuerdo de ofensiva, con Pedro Santana; sin embargo, esto no se logró. Por el contrario, Santana y Bobadilla se aliaron en un movimiento, que promovía la adhesión de la isla con una potencia europea.

Esto se debía a que, este grupo de líderes no veía la posibilidad de sacar adelante a una república independiente; por lo tanto, de acuerdo con sus ideas, la opción más viable, era la de convertirse nuevamente en una colonia europea. Todo lo contrario, a los fuertes ideales de Duarte.

Estas disputas, diferencias y problemáticas; resultaron en una fractura inevitable, entre Juan Pablo y el nuevo gobierno de la isla. El resultado final, fue un nuevo exilio para Duarte y para sus compañeros de lucha, Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez.

La vida de Juan Pablo Duarte, continuo en nuevo exilio; de la isla de Saint Thomas, pasó nuevamente a Venezuela, en donde vivió unos 12 años. Pese a la declaración de amnistía de Manuel Jimenes en 1848, Duarte, no volvió tan pronto a su país natal. El exilio y la libertad Mientras tanto, en la República Dominicana, la situación política era cada vez más tensa. Comenzaron los conflictos nuevamente, esta vez entre los fieles seguidores de la gesta independentista; contra con los partidarios de una nueva colonización de la isla. La Primera República, culmina en el año 1861, cuando el entonces presidente Pedro Santana decidió anexar a la isla a la dominación española.

Nuevamente, el país se encontraba bajo el yugo español y este último, fue nombrado como gobernador de la nueva Provincia Española de Santo Domingo. Esto, dio inicio a la Guerra de Restauración, que transcurrió entre los años 1863 y 1865. En marzo de 1864, en medio de la guerra Juan Pablo Duarte regresa a su país; por supuesto, su apoyo y colaboración estaban del lado del movimiento independentista.

El mismo, le solicitó que pidiera la mayor cantidad de ayuda entre los países vecinos de América del Sur. Finalmente, el objetivo libertario fue logrado y la Guerra de Restauración finalizó; dando paso a la Segunda República. Luego, de sus viajes por América en busca de ayuda para la causa independentista, Duarte regresa a su país, que se encontraba bajo el mandato de José María Cabral.

Muchos pensarían, que después de esta larga lucha, Juan Pablo Duarte sería nuevamente recibido como el héroe de la independencia; no obstante, esto no fue así y el nuevo gobierno lo desterró nuevamente de la isla. Su muerte y legado En definitiva, los partidarios dominicanos del movimiento liberal, no supieron valorar las incansables luchas de Duarte por la independencia de su país. Sus ideales por la causa independentista, fue una base significativa en todos los movimientos políticos y sociales del país; no obstante, este trabajo no fue reconocido como se lo merecía.

Nuevamente en el exilio, regresó a Venezuela, que se había convertido en su segunda tierra. Su cuerpo y espíritu, se encontraba bastante deteriorado por los golpes de la vida y ya su ser, no era el del joven activista de años atrás. Además, había contraído una terrible tuberculosis.

Finalmente, Juan Pablo Duarte muere el 15 de julio de 1876; de acuerdo con los historiadores, cuando Juan Pablo Duarte murió se encontraba acompañado de su familia. La cual, se sustentaba por la producción de una pequeña empresa de velas.  Posteriormente, en 1884 sus restos fueron trasladados a República Dominicana y exaltados al Altar de la Patria en 1944.


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