Aumenta la presión de algunos sectores para que el Gobierno flexibilice el toque de queda que desde hace varios meses impera en el país como parte de las medidas restrictivas dirigidas a contrarrestar el contagio y la expansión de los casos del nuevo coronavirus.
En ese sentido, es muy probable que en el transcurso de esta misma semana el Gobierno produzca una decisión respecto al tema, disponiendo acomodar el horario del toque de queda, tomando en cuenta que desde el mismo ambiente gubernamental ha habido pronunciamientos favorables en ese sentido.
El reclamo de mucha gente se divide entre un grupo que por un lado plantea su eliminación absoluta, mientras otra parte de la población favorece una modificación de la medina que consista en acortar el horario durante el cual a los ciudadanos se les prohíbe circular por las vías públicas.
El pedido comienza desde que ciudadanos comunes se manifestaran en ese sentido en las diferentes redes sociales, convirtiéndolo en un clamor que se extendió y se amplificó hasta sectores empresariales, comerciales y otros segmentos que mueven la economía del país.
En ese orden, la primera dama, Raquel Arbaje, pese a pronunciarse en contra de la eliminación total del toque de queda, sí se mostró de acuerdo con que se flexibilice, llegando incluso a sugerir que se le resten dos horas a la aplicación de la medida restrictiva.
Hay quienes interpretan que esa opinión de Raquel Arbaje posiblemente surgiera en función de que esa haya sido la posible posición oficial que se ha estado ponderando o evaluando desde el Palacio Nacional.
Ahí se agrega el pedido que la semana pasada hizo el presidente Luis Abinader para que las cadenas de hoteles reinicien sus actividades a partir del 1 de octubre, lo cual conecta con alguna intención gubernamental de variar el toque de queda, partiendo de la necesidad de la libertad de tránsito para que estos establecimientos puedan recibir público.
