
En medio de un escenario cargado de nostalgia y dolor, los músicos que por años acompañaron a Rubby Pérez volvieron a tocar, pero esta vez sin su voz líder, dejando que el silencio llenara los espacios donde antes reinaba la alegría del merengue.
La presentación, organizada como un homenaje póstumo al icónico cantante, se transformó en un ensayo emocional que desbordó lágrimas, recuerdos y una profunda hermandad entre los integrantes de la orquesta, quienes visiblemente afectados, confesaron que “cada nota tocada esta noche nos recuerda que él sigue con nosotros, aunque ya no esté físicamente”.
El encuentro tuvo lugar como parte de los preparativos para una presentación que se realizará mañana en el Maunaloa, donde la agrupación rendirá homenaje a su eterno líder. En el ambiente se sentía el peso de una ausencia irreparable, pero también el compromiso de mantener vivo su legado musical.
Fue Zulinka Pérez, hija del fenecido artista, quien también estuvo presente en los ensayos, como era de esperarse. Ella, profundamente conmovida, no pudo contener las lágrimas al ver a los músicos interpretar aquellas canciones que durante años acompañaron la carrera de su padre.
Con las partituras en mano y los instrumentos afinados, cada uno de los miembros expresó su respeto hacia el legado de Pérez, retomando con solemnidad los ensayos de temas emblemáticos como “Volveré” y “Enamorado de ella”, melodías que hicieron vibrar a varias generaciones y que ahora tienen un nuevo peso emocional.
A partir de este ensayo, los músicos de la orquesta han decidido mantener viva la esencia artística de Rubby Pérez participando en presentaciones especiales con su hija Zulinka y otros artistas invitados, como una forma de honrar lo que fue más que una carrera: una misión de vida.
Ver video: