Mujer cuenta el amargo momento con secuestrador en Cotuí

Cotuí.- “Cualquier movimiento y acabo ahora mismo con tu bebé”, traumáticas palabras que retumban aún oídos de la joven madre, Adalgisa Sánchez Sánchez, al vivir momentos de dolor y horror, inimaginables».

Cuando José Antonio Reyes Ulloa, penetró a las 5:00 am a una humilde vivienda donde ambos dormían, perpetrando un secuestro de varias horas que se convirtió luego en escenario de tragedia en Cotuí y que aseguró “la han dejado marcada para siempre.”

Entre frases como, “cualquier movimiento en falso y acabo con los dos”, entrecortadas por llanto desgarrador, esta joven estudiante de la carrera de biología de la Universidad Tecnológica del Cibao Oriental en su natal Cotuí en la provincia de Sánchez Ramírez.

No logra reponerse de esta secuela de dolor y describe cruciales momentos que atravesó durante el incidente, que la mantiene depresiva e impotente y donde el secuestrador resultó muerto a tiros por la Policía Nacional.

A través de los esfuerzos de la prestigiosa empresa de investigaciones, utilizada por quien suscribe en el Estado de la Florida, Covert Services Group, con más de 30 años de experiencia en este campo, hicimos contacto con la joven madre, quien deberá en lo inmediato ser ente de atención de las nuevas autoridades del Ministerio de la Mujer en República Dominicana y la próxima Primera Dama, Raquel Arbaje, para proveerle ayuda psicológica que ella necesita y otras que los especialistas determinen en su sonoro caso.

Relató Adalgisa que “eran 5 de la madrugada de aquel fatídico viernes, cuando se dio cuenta de que alguien había penetrado a la casa, tomando su niño en brazos y al encender la luz de la habitación, cuando apareció la cara espeluznante del secuestrador (Reyes Ulloa) que además hizo un disparo, rodando por mi cuello, el frío tenebroso de un arma de fuego, amenazante.”

“Mi niño gritaba sin tener conciencia del peligro en que estábamos. Estaba durmiendo. Mi hermano se quedó amaneciendo en casa. Tenía 3 días allá. Tenemos una pollera detrás de la casa con mi cuñado, cuando de repente, este tipo dice que, viene corriendo desde el punto donde lo querían matar y que por favor lo ayudaran a esconderse.”

Fue así cuando conforme indica, su cuñado le dijo al secuestrador que “no podía esconderlo en la vivienda porque ahí estaba una joven acostada con su bebé”, a lo que según sostiene el secuestrador, Reyes Ulloa, se abalanzó empujando la puerta de la casa, entró a su habitación y cuando ella abrió los ojos, le arrancó el bebé de sus brazos.”

“Lo agarró como cualquier objeto por un piecito. Le apuntaba al corazón, bajo la amenaza de que, si yo hacía algo, lo mataría. Previamente, me pegó fuerte con la pistola en la cabeza. Me pide que me baje. Procedo a hacerlo y me usa para cubrirse en una esquina de la casa en la habitación”, donde dijo, la usó como parapeto de protección, hablando desde la ventana.

“Realizó disparos como loco, por si los supuestos delincuentes que le perseguían estaban aún fuera. Entonces me obliga a vociferar que, si pasaba cualquier cosa, me mataría, ya que era quien estaba frente de él. Yo hice todo lo que este hombre quiso para salvar mi vida y la de mi bebecito. De no ser por el teniente coronel PN, Santos Lora Báez, no estaríamos vivos.»

“Por favor no disparen, no disparen grite como loca. La vida de mi hijo y la mía propia estaban en peligro, sentí la frialdad de la muerte muy cerca, una experiencia que no quiero nadie jamás viva”, dice con sollozos la joven madre de apenas 22 años, Adalgisa Sánchez Sánchez.

Desde que ocurrió la tragedia del secuestro en Cotuí que estremeció el país, esta madre había permanecido en el anonimato. A través de los esfuerzos profesionales de Covert Services Group en Florida, representada por el investigador José Fortunato, presidente de la empresa, pudimos hacer una narrativa en exclusiva para este medio.

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