Abuelo de Liz María rompe en llanto ‘que me lleve el COVID-19 para yo sentirme bien’

SD.- El abuelo de la niña asesinada Liz Maria Sánchez, de 9 años de edad, se resiste a creer que su nieta haya fallecido y dice que el responsable de su muerte vive cambiando las versiones de los hechos.

Expresó que quiere que se lo lleve el COVID-19 porque no aguanta el dolor que le ha dejado la muerte de Liz María.

“Que me lleve el COVID para yo sentirme bien, que me lleve el COVID con ella”, dijo visiblemente afectado.

El caso de la niña Liz María Sánchez se ha convertido en un desafío para el Ministerio Público luego de que el presunto asesino.

Estarlin Francisco Santos complicara el caso al decir que su confesión inicial del crimen se produjo bajo amenaza o presión.

De acuerdo con la opinión de expertos en derecho penal, a raíz de las nuevas declaraciones, los investigadores tendrán que esforzarse más para reunir pruebas que les ayude a probar el caso, a pesar de que aparezca o no el cuerpo de la menor de nueve años.

El catedrático univesitario Enmanuel Rosario opina que la fiscalía tiene “un reto mayúsculo, porque la confesión realizada por el imputado fuera del proceso y sin la presencia de su abogado, carecen de validez”.

“Ahora le corresponde al Ministerio Público demostrar la ocurrencia de los hechos y todas las circunstancias del caso, y esto se complica ante la ausencia del cadáver y la negación del imputado respecto de su participación en los hechos”, opinó Rosario.

El abogado Thiaggo Marrero expresó que la confesión del imputado en sí, no es prueba, ya que existe derecho a la no autoincriminación y si él dice ahora que confesó bajo amenaza o bajo presión, evidentemente ese testimonio no es válido.

“La nueva versión del imputado cambia la teoría del caso del Ministerio Público, ya el no debería sindicar que hay un asesinato u homicidio porque todavía no se tiene el cuerpo, no se sabe qué pasó a ciencia cierta con Liz María por más que haya indicios”, consideró.

Sin embargo, consideró que si se puede demostrar que hubo un homicidio o asesinato, siempre y cuando se cuente con los elementos de pruebas indiciarias que recoja el Ministerio Público y se demuestre que el último paradero de Liz María fue en la casa de este señor y que haya indicios de que hubo sangre.

“Obviamente todo esto se debe hacer con los cuidados de lugar, basados en peritajes científicos, imágenes de cámaras, testimonios, entre otras pruebas recogidas en el lugar de los hechos”, consideró

Para el abogado Félix Portes, que aparezca el cuerpo es de suma importancia para probar que hubo un homicidio o asesinato.

Pero, en su defecto, entiende que ya hay precedente de condena sin cuerpo y que se puede probar si se hace una investigación exhaustiva en la que se incluya inteligencia electrónica, geolocalización, ADN de niña en ropas, cama u otra parte del lugar de los hechos.

También dijo que puede ayudar a probar, el hecho de que encuentren pertenencias de la niña en casa del imputado, Pruebas circunstanciales y referenciales, además de videos y testigos.