El médico internista dominicano residente en Barcelona, España Manuel Javier García Durán, en principio pensó que la picazón, ardor y manchas en sus pies y manos estaban vinculados a una alergia.
Sin embargo, al poco tiempo notó síntomas como intensos dolores de cabeza en la noche y en su condición de médico identificó que probablemente estaba contagiado con el virus, por lo que decidió ponerse en aislamiento domiciliario;
El galeno aún espera culminar el período de cuarentena para luego realizarse la prueba de la inmunoglobulina (IGG) que mide la concentración de distintos tipos de anticuerpos en la sangre.
Las afecciones cutáneas presentadas por García Durán están contempladas en el estudio “COVID Piel” realizado hace tres semanas por dermatólogos españoles, tras analizar a 375 pacientes.
Los resultados del estudio, publicado en la revista British Journal of Dermatology y respaldados por la Academia Española de Dermatología y Venereología, arrojan cinco manifestaciones del virus en la piel.
Medios españoles, como ABC es, señalan que, aunque ya había estudios sobre los problemas de la piel identificados en algunos pacientes de COVID-19, “ninguna investigación hasta el momento había logrado recabar tantos casos de manifestaciones cutáneas, ni tampoco acompañarlos de imágenes de estos problemas, algo crucial en el estudio de la dermatología”.
Sobre este y otros estudios publicados sobre esta afección, Ana María Molina Rúiz, dermatóloga del Hospital Fundación Jiménez Díaz, de Madrid, indicó al medio digital español ConSalud.es que “era de esperar que (el COVID-19) tuviese manifestaciones cutáneas, casi todos los virus las tienen”.
De acuerdo al estudio, los cinco de manifestaciones cutáneas del virus son:
Erupciones parecidas a sabañones en zonas acrales, como pies y manos. El estudio indica que “este tipo de lesiones se detectó en el 19% de los casos, en pacientes más jóvenes, en las etapas tardías del proceso COVID-19, con una duración de 12,7 días, y estaban asociadas a un pronóstico menos grave”.
La segunda manifestación corresponde a las erupciones vesiculosas, las cuales “se han visto en el 9% de los casos y se asocian a una gravedad intermedia. Son más frecuentes en pacientes de edad media”.
De igual forma, las lesiones uricariformes, que “se han registrado en el 19% de los casos, principalmente en el tronco o dispersas por el cuerpo. Suelen producir un intenso picor. Se han observado en pacientes más graves y con más frecuencia han aparecido al mismo tiempo que otros síntomas vinculados a la COVID-19″.
La cuarta manifestación está relacionada con las erupciones máculo-papulosas que son las más observadas (47% de los casos). “Su cuadro es con frecuencia similar al de otras infecciones víricas. Se ha visto en pacientes más graves”.
Por último, el livedo-reticularis o necrosis por obstrucción vascular, que “se han encontrado en el 6% de los casos. Se trata de unas marcas en la piel que recuerdan a una red, antes eran típicas por el uso de braseros. Han aparecido en los pacientes de más edad y más graves (en este grupo se registró un 10% de mortalidad)”.
Sobre la investigación, Cristina Galván Casas, del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario de Móstoles en Madrid, declaró que “este no es un trabajo que haya buscado identificar las causas que están detrás de estos problemas cutáneos detectados en estos días”.
“Lo que se ha pretendido en el estudio es categorizar los problemas y describir unos patrones para orientar, durante la pandemia, a clínicos, pacientes y autoridades sanitarias y también para servir de base de futuros estudios. Serán esos trabajos, los que se desarrollen más adelante, los que puedan servir para identificar si es la COVID-19 la responsable directa o indirecta de todas estas manifestaciones cutáneas”, sostuvo.
De presentar una de estas afecciones los especialistas recomiendan buscar atención médica inmediata.
