Nuria: Venezolana vuelve a ofrecer servicios estéticos pese irregularidad demostrada

La reconocida y prestigiosa presentadora, Nuria Piera, sigue de cerca los movimientos de la falsa médico, Karla María Moya Boada, a quien había desenmascarado hace un tiempo y pese a lograr el cierre definitivo de su anterior consultorio, por orden del Ministerio de Salud Pública, se entiende que esta ha retomado la realización de cirugías estéticas en otro centro médico, el Centro de Medicina Reproductiva Integral y de Atención a la Femenina (CEMERAF). Esta nueva revelación ha generado preocupación en la comunidad médica y la opinión pública.

A través de una investigación periodística, se ha descubierto que Moya Boada opera en CEMERAF y hace que los pacientes firmen un documento antes de los procedimientos, que parece más un intento de convencer a los interesados de que los procedimientos son simples y seguros, cuando en realidad no lo son.

«La doctora está ocupada…ella está trabajando aquí, pero tendrías que venir a la evaluación», fue la respuesta que recibió el equipo de Nuria de parte de la recepcionista del centro, momento en que llamaron para obtener una cita con esta supuesta doctora, a quien se le escuchó la voz de fondo.

Este nuevo desarrollo en el caso ha causado alarma y críticas, ya que las autoridades de salud habían ordenado el cierre de su anterior consultorio y el Ministerio Público la investiga por ejercicio ilegal de la medicina.

El abogado Eduard Veras Vargas comentó que el documento revelado por la investigación periodística parece diseñado para vender a los clientes en lugar de informar a los pacientes, lo que plantea serias preocupaciones éticas y legales.

Por otro lado, el doctor Sergio Guzmán, presidente de la Sociedad Dominicana de Cirujanos Plásticos y Reconstructivos, indicó que este tipo de documentos permite que la supuesta doctora se desvincule de cualquier responsabilidad por los procedimientos, lo que es inaceptable en el campo de la medicina.

«Lamentablemente, en el campo de la medicina, como en la vida, hay personas que se presta a todo tipo de accionar y esa médico o esa clínica, a sabiendas de quién están empleando, la están indirectamente habilitando», manifestó Guzmán.

Además, se ha destacado que CEMERAF tiene su propio historial de irregularidades, ya que su propietaria, la doctora Libni Valenzuela, está implicada en el Caso «Pulpo», un escándalo de corrupción en el sector salud en la República Dominicana.

A propósito del expediente, este indica que «una de las operaciones de lavado de activos relacionadas con el sector salud realizada por el acusado Juan Alexis Medina, fue realizada por intermedio de la acusada Libni Arodi Valenzuela Matos, a favor de quien Alexis Medina giraba cheques como inversión en CEMERAF, que se ha podido establecer como ilícitas, propia del lavado de activos, ya que se realizaron inversiones por un total de 26 millones 861 mil 148 pesos, siendo Alexis Medina un socio oculto para evitar el rastreo del dinero ya que no se reportaron transacciones comerciales entre las empresas del entramado societario y CEMERAF que justifiquen esos pagos, tal y como consta en el informe del INACIF».

La situación legal en torno a la clínica CEMERAF y su propietaria, la doctora Libni Valenzuela Matos, se ha vuelto más compleja a raíz de nuevas revelaciones, pues los conceptos de los cheques se trataban de aportes, inversiones y compras de equipos para CEMERAF, una sociedad comercial legalmente constituida, en la cual no figura como socio, accionista o miembro del consejo de administración Alexis Medina, ya que en lugar de aparecer como socio, aparece la acusada Libni Valenzuela, de quien el acusado es padrino de su boda y de uno de sus hijos.

En virtud de estos hechos, Libni Arodi Valenzuela Matos es acusada de actos propios de lavado de activos tipificados en la Ley 155-17, como el testaferrato y otras circunstancias agravadas del lavado.

Las autoridades están tomando medidas para abordar adecuadamente esta situación. De hecho, justo este miércoles, los jueces del Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional otorgaron un plazo de 48 horas para que la propietaria de la clínica vinculada en la red de corrupción desmantelada mediante la Operación Antipulpo, apodere a un abogado para representar a su empresa, ya que le había sido asignado un defensor público por órdenes del tribunal, sin embargo, esto no aplica dado que es una empresa, donde precisamente ahora la supuesta cirujana venezolana está volviendo a ejercer.

La comunidad médica y la opinión pública exigen acciones legales adecuadas para abordar esta preocupante situación y garantizar la seguridad de los pacientes. La situación sigue siendo objeto de atención y debate público en el país.

Al acudir a Salud Pública, el equipo de N Investiga dirigido por Nuria Piera, obtuvo la comprobación de que CEMERAF estaba operando sin licencia, algo muy delicado. Apenas habían solicitado una no objeción a planos, en el año 2021, que aún reposa en la ventanilla única del Ministerio, pendiente de retiro.

En consecuencia, las autoridades dispusieron el cierre de CEMERAF, quedando captado en cámaras la agresividad de la propietaria, Libni Valenzuela, quien se mostró agresiva y ofreció dar galletas hasta partir vidrios de un vehículo.

La Procuraduría Especializada de Delitos contra la Salud estará a cargo de esta situación y se espera investiguen exhaustivamente este caso. En tal sentido, está en sus manos determinar las responsabilidades correspondientes de todas las personas y empresas involucradas ante esta caja de pandora de supuestos profesionales con títulos falsos y sin validar que atentan con aparente inmunidad contra la Salud Pública.

 

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